MADRID

Rebosante de vitalidad y cultura, la capital de España te acogerá con los brazos abiertos con su ritmo incansable.

ENTENDER MADRID

Como a una Roma ibérica, todos los caminos de España llevan hasta Madrid. Felipe II convirtió la villa en capital del reino al instalar allí su corte y la situó así en el centro de lo que entonces era un vasto imperio, atrayendo a una gran variedad de gente. Desde entonces, Madrid se distingue por su carácter cosmopolita, abierta a cualquiera que la visite por unos días y a los muchos que deciden establecerse en la ciudad.

En ese ir y venir, sus calles y sus cafés han acogido a los grandes personajes de la cultura española. Desde Velázquez a Juan Gris, de Quevedo a Lorca, de Lope de Vega a Amenábar, Madrid siempre ha sido un hervidero de arte e ideas. En sus soleados parques y calles, los madrileños se reúnen para conversar con vecinos y visitantes. La suma de todo convierte a Madrid en la perfecta puerta de entrada a España , el lugar ideal para comenzar unas vacaciones.

¿QUÉ HACER?

Madrid dispone una de las mayores ofertas culturales de Europa. El Triángulo del Arte agrupa tres museos de arte excepcionales, el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza, en apenas unos cientos de metros, mientras que otros espacios más innovadores, como el Matadero o la Casa Encendida, te permitirán disfrutar de las opciones más vanguardistas.

El centro histórico se articula entre el Barrio de las Letras y la herencia de los Austrias, aunque todo el mundo acaba encontrándose en la Puerta del Sol. Sin olvidar la calle más famosa, la Gran Vía, repleta de cines, teatros y tiendas de todo tipo. O los estupendos parques, desde el Retiro al Parque del Oeste, que incluso tiene su propio templo egipcio, el Templo de Debod.

Madrid termina de despuntar por oferta nocturna, que puede empezar con unas tapas y unas cañas bien frías en cualquier bar del centro para luego extenderse a los barrios de Malasaña, Chueca, Latina o Huertas, que concentran gran parte de la fiesta madrileña, aunque haya que acabar la noche en alguna de sus muchas discotecas, abiertas hasta el amanecer. O más allá, porque lo habitual es desayunar unos buenos churros.

Y si te apetece salir de la ciudad, puedes incluso acercarte a la Sierra madrileña a disfrutar de bellos paisajes y aire puro.